-16 de Marzo-
Después de varios días recopilando agua bendita en una garrafa, dejan todo preparado en el salón para realizar el rito, a su vuelta. Montan en la furgoneta en dirección a Prae Wood, dispuestos a asaltar la granja de Moriarty y llevarse sus gallinas. Lo cuenta Phoenix: «Primero nos detuvimos en Brixton para comprar unos tripis, y para cuando llegamos a la granja de Moriarty, ya estábamos en pleno subidón. Había caído la noche y tratamos de acercarnos sin hacer ruido, pero a Chris le entraba la risa tonta, y no había manera de que nos acercáramos sin que empezara a descojonarse. Por fin, conseguimos entrar en el corral, pero yo estaba fumando un canuto y se me cayó al suelo junto al pajar. Roger me echó la bronca, y pisoteó algunas de las ascuas que habían quedado en el suelo. Desgraciadamente, sólo algunas».
Para Mark: «Nos pusimos a atrapar gallinas; lo peor fue que hacían mucho ruido y eso nos ponía nerviosos. Además a Chris le entraba la risa tonta de vez en cuando. Por fin, conseguimos cinco animales y salimos del corral en dirección a la furgoneta. Pero cuando llegamos junto a ella, oímos el vozarrón de Moriarty, que nos gritaba desde una ventana de su vivienda: “Os he reconocido: ¡Payasos! ¡Pagaréis muy caro lo que habéis hecho!”. A toda prisa, cargamos las gallinas en la furgoneta y, entre risas, salimos tan rápido como pudimos. Moriarty seguía asomado a la ventana gritando: “¡Pagaréis muy caro lo que habéis hecho!”
«En cuanto subimos a la furgoneta, Phoenix dijo: “¡Joder, cómo se ha puesto por unas putas gallinas! Cuando seamos millonarios, para compensar le regalaremos unos avestruces”. Un rato después, llegamos a casa y nos dispusimos a comenzar el rito. Nos comimos el segundo tripi de la noche, e Ian empezó su labor de maestro de ceremonias. Soltó unas largas letanías en latín, y fue degollando a las aves y vertiendo su sangre por encima de nosotros, hasta que finalmente la vertió sobre sí mismo, sin dejar de recitar aquellas extrañas palabras».
Así lo cuenta Roger: «Nos lavamos la sangre con el agua bendita y cuando estábamos acabando, el ácido nos subió. Pero tuvimos un mal viaje; sobre todo Chris, quien se puso a gritar horrorizado. Luego nos contó que había visto a Moriarty envuelto en llamas gigantescas, gritando: “¡Pagaréis muy caro lo que habéis hecho!”. Decía que lo veía con la piel granate, y que sus ojos orbitaban en torno a su cabeza como si fueran satélites, y de su boca salían puñales, navajas, sierras y otros objetos afilados. Los demás también padecimos parte de esa angustia que estaba experimentando Chris, y todos tuvimos malas vibraciones después de celebrar el rito para alcanzar el éxito». (Diario de Chris # 6)